Bosch está abriendo una de las fábricas de chips más modernas del mundo. Máquinas altamente automatizadas y totalmente conectadas y procesos integrados, combinados con métodos de inteligencia artificial (IA) harán de la planta de Dresde una fábrica inteligente. Con la presencia virtual de la canciller federal, Angela Merkel, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, y el ministro-presidente de Sajonia, Michael Kretschmer, la planta de alta tecnología fue inaugurada oficialmente el 7 de junio de 2021.
“La tecnología de vanguardia exhibida en la nueva fábrica de chips en Dresde es un gran ejemplo de lo que los actores europeos públicos y privados pueden lograr cuando unen sus esfuerzos. Los semiconductores contribuirán al desarrollo de industrias como el transporte, la fabricación, la energía limpia y la atención sanitaria, en las que Europa sobresale. Ayudará a reforzar la competitividad de Europa como cuna de las innovaciones de vanguardia”, señaló Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea.
La empresa está invirtiendo aproximadamente mil millones de euros, que es la mayor inversión individual en los más de 130 años de historia de Bosch. La producción en Dresde comenzará en julio, seis meses antes de lo previsto. A partir de ese momento, los semiconductores fabricados en la nueva planta se instalarán en las herramientas eléctricas de Bosch. Para los clientes automotrices, la producción de chips comenzará en septiembre y, por lo tanto, tres meses antes de lo previsto. La nueva fábrica será una parte importante de la red de fabricación de semiconductores.
IA aplicada
En términos concretos, esto significa que todos los datos de la fábrica de chips, desde maquinaria, sensores y productos, se recopilan en una base de datos central. El resultado: cada segundo se generan datos de producción equivalentes a 500 páginas de texto. En un solo día, esto equivaldría a más de 42 millones de páginas. Estos datos se evalúan utilizando métodos de inteligencia artificial. En este proceso, los algoritmos de auto optimización aprenden a realizar predicciones sobre la base de los datos. De esta forma, los procesos de fabricación y mantenimiento pueden ser analizados en tiempo real. Por ejemplo, un algoritmo de IA puede detectar incluso las anomalías más pequeñas en los productos.
Estas anomalías son visibles en la superficie de los chips en forma de patrones de error específicos conocidos como signatures. Sus causas se analizan inmediatamente y las desviaciones del proceso se corrigen sin demora, incluso antes que puedan afectar la fiabilidad del producto. A su vez, significa que los productos semiconductores pueden entrar en producción a gran escala rápidamente, ahorrando a los clientes de automóviles la necesidad de pruebas que consumen mucho tiempo que de otro modo serían necesarias antes del lanzamiento de la producción. El trabajo de mantenimiento también se puede optimizar gracias a la inteligencia artificial. Los algoritmos pueden predecir con precisión si una pieza de maquinaria de fabricación o un robot necesita mantenimiento o ajuste y cuándo.
“Gemelo digital”: la planta y su doble
Otra característica de la fábrica de chips es que existe dos veces: una vez en el mundo real y otra en el mundo digital. El término especializado para esto es “gemelo digital”. Durante la construcción, todas las partes de la fábrica y todos los datos de construcción relevantes relacionados con la planta en su conjunto se registraron digitalmente y se visualizaron en un modelo tridimensional. El gemelo comprende aproximadamente medio millón de objetos 3D, incluidos edificios e infraestructura, sistemas de suministro y eliminación, conductos de cables y sistemas de ventilación, y maquinaria y líneas de fabricación.
Esto permite a Bosch simular tanto los planes de optimización de procesos como los trabajos de renovación sin intervenir en las operaciones en curso. Los trabajos de mantenimiento en la fábrica de Dresde también hacen uso de la alta tecnología: las gafas de datos y la realidad aumentada significan que el trabajo de mantenimiento de la maquinaria incluso se puede realizar de forma remota. Gracias a una cámara integrada en las gafas de datos, las imágenes se transmiten a mitad de camino alrededor del mundo, y el experto allí luego habla con el empleado en Dresde a través del proceso de mantenimiento en tiempo real. Esta tecnología también jugó un papel crucial para garantizar que la maquinaria pudiera ser puesta en marcha a pesar de las restricciones de viaje relacionadas con el Coronavirus.
Semiconductores para una mejor calidad de vida y seguridad vial
En forma de microchips, los semiconductores se encuentran en casi todos los dispositivos técnicos: en Smartphones, televisores y pulseras de fitness. Sin semiconductores, los coches no funcionarían. Con su fábrica de chips en Dresde, Bosch está respondiendo a la creciente demanda de semiconductores. “Los semiconductores son los pilares del progreso. Los componentes electrónicos equipados con chips de Dresde harán posibles aplicaciones como la conducción automatizada y conservadora de recursos, así como la mejor protección posible de los ocupantes“, dijo Harald Kroeger, miembro del consejo de administración de Robert Bosch GmbH.
Las encuestas confirman este crecimiento de la demanda: en fecha tan reciente como 1998, según la ZVEI, el valor de la microelectrónica en un coche nuevo era de 120 euros. En 2018, este valor había aumentado hasta los 500 euros, y en 2023 se espera que supere los 600 euros. Esto significa que los semiconductores también son un área de crecimiento para Bosch.