Por Nicolas Berretta, fundador de LegalSurf.
La innovación es parte de la cultura del emprendedurismo en Argentina y nos presenta miles de oportunidades para que podamos desarrollar una idea que sea exitosa. Pero no todo es color de rosas, sabemos lo que puede llegar a costarnos quienes ya tenemos un camino realizado. Pero hablar de la alta inflación, regulaciones, burocracia, carga tributaria y un sinfín de cosas, es algo trillado a esta altura, sabemos que desalientan un poco.
Pero uno de los desafíos más marcados, para el sector tecnológico, es armar los equipos de trabajo y la retención de talento, sobre todo para una startup local, ya que tiene competencia internacional que pagan en dólares. No siempre se puede competir contra esto, pero no todos los talentos buscan solamente el rédito económico, es por esto que nos apoyamos en la búsqueda de personas que tengan los mismos valores, que conecten con la idea y se sientan parte de la construcción de valor y de un bien mayor.
Los inicios de un emprendedor generalmente no son fáciles. Se debe hacer de todo para salir adelante. Pero esto no tiene que ser motivo de frustración: con el tiempo, uno puede organizarse para bloquear tiempos, priorizando las tareas más importantes, además de sumar talento nuevo para poder dedicarse a lo que uno es bueno.
Entonces si un proyecto es desafiante y tiene mucha ambición, hay que ser constante. Emprender es transformarse continuamente y se necesita tener una visión ambiciosa para poder encararla con mucha pasión y convicción. La clave es no tener plan B y, en momentos de crisis, siempre sostener el proyecto. Sumar a las personas correctas para que sean parte del equipo es un factor importante también.
Pero no todas son pálidas, nuestra coyuntura te empuja a tener un rendimiento mucho más alto que el promedio, lo que también te lleva a surfear las dificultades del contexto y los cambios. A la hora de desarrollar un producto para competir con el resto del mundo, la escasez de recursos te exige validar rápido lo que estás haciendo, ser muy efectivo y reducir lo más posible el margen de error.
En el mundo startup se habla mucho de “pivotar” como parte del proceso, pero en Argentina eso es carne y esencia. Nosotros somos muy creativos porque Argentina tiene velocidad de respuesta y capacidad de adaptación.
Permeabilidad del mercado para nuevos proyectos
El mercado de nuestro país, lejos de achicarse, se diversifica. Cada vez hay más proyectos super creativos, únicos y para todos los gustos, además de lo resilientes que somos. Eso da un optimismo para el futuro, somos un semillero de ideas que escalan y se transforman en grandes empresas con peso a nivel global.
Es un camino arduo pero muy satisfactorio el camino del emprendedor. No importa si fracasan, emprender es un viaje de transformación y es la única manera de sacar lo que uno tiene para dar. Hay que saber manejar los estados de frustración y ansiedad, que es uno de los retos más grandes de todo emprendedor, pero uno aprende que este estilo de vida tiene muchos altibajos y hay que sentirse cómodo con la desilusión momentánea
Por último, más en concreto, es importante primero cumplir todos los pasos: Bajar bien la idea, validar la necesidad, hablar mucho con las personas que serían tus usuarios y clientes. Tratar de ver más allá y crear una experiencia o algo nuevo y por último desearlo de verdad porque la intención y el anhelo es una parte muy importante para hacer que las cosas sucedan y luchar contra la frustración y las dificultades que implica dar vida a una idea.