Hace tiempo, los medios de comunicación tuvieron que replantearse la franja horaria de mayor audiencia, ya que los dispositivos móviles abrieron un abanico de posibilidades y pusieron en jaque los esquemas tradicionales de publicidad. Hoy, los usuarios deciden cuándo y cómo consumir productos o contenidos; todo se trata de micro momentos y las marcas deben estar preparadas para impactar en ellos en cada instancia, peleando por su lugar en el mercado del real state tecnológico.
Por Gonzalo Borras, managing director en Justmob y presidente de la Asociación Móvil Argentina (AMA), satélite de amdia.
¿Quién podría haber imaginado, incluso hace una década, que consumir medios en un dispositivo que llevamos en nuestros bolsillos o en un bolso, con las características de una computadora pero similar a un teléfono, sería más popular que mirar televisión?
Los dispositivos inteligentes son prácticos y están pegados a los consumidores 24 x 7 x 365. Simplemente tomando el celular de una persona y viendo las apps que posee, podemos conocer sus intereses.
Esos factores, combinados con la explosión de contenido en estos dispositivos a través de millones de aplicaciones, ayudaron a los móviles a posicionarse como uno de los medios más consumidos en los últimos años y haciéndolo un gran complemento de la televisión.
Obviamente, esto generó un cambio. Ahora, los consumidores están mucho más fragmentados que años atrás, cuando los soportes de difusión eran la vía pública, la radio y la televisión: los diferentes medios digitales se suman a este combo.
Este cambio se ve reflejado en un hecho particular: ahora, el prime time es personal y está sucediendo en nuestros teléfonos celulares. La programación de cada prime time personal se basa en los intereses y en los hábitos de cada uno de nosotros.
Tal es así que realizamos todo tipo de actividades de nuestra vida cotidiana a través de aplicaciones, tales como pedir comida -Glovo, PedidoYa-, solicitar un transporte en auto -Uber, Cabify-, escuchar música -Spotify, Alexa- e incluso movilizarnos con patinetas o bicicletas en cortas distancias – Grin, BA Bici-, entre otras.
¿Qué queremos decir con esto? Que el concepto de prime time tradicional, tal como lo conocemos, cambió, y como clientes, nosotros somos los que decidimos cuándo y cómo queremos consumir productos o contenidos, sin necesidad de esperar a determinados momentos del día.
Ya no podemos considerar el prime time como una tanda de 21 a 23 horas; un dedo abriendo una app es el que marca acción y todos tenemos que estar preparados, no solo para darle el producto o servicio que requiera, sino también para impactarlo a través de publicidad y fidelizarlo.
Este nuevo paradigma nos permite también, a nivel publicitario, ofrecer experiencias de mejor calidad y personalizadas en función de los gustos de cada consumidor. Es también por eso que las apps se pelean por un espacio en los dispositivos móviles, dentro de lo que llamo el nuevo “Real State Tecnológico”.
Luego de ser descargada, la posición que una app ocupa es sumamente relevante y puede trazarse un paralelismo con el mercado inmobiliario: no es lo mismo tener una casa en un barrio residencial que en otro mucho más alejado; el valor varía.
En conclusión, este nuevo concepto titulado “Personal Prime Time” demuestra que las marcas ya no deberían esperar un momento único e irrepetible para impactar a su consumidor.
Si bien el tamaño de la audiencia puede cambiar entre diferentes momentos del día, cada parte del día está preparada para conexiones relevantes con los consumidores.
Hoy, todo se trata de micro momentos y la relevancia es una de las piezas clave para llegar a los consumidores. Ese es uno de los grandes retos de la industria.
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