Por Carlos Contino, socio en CONA RH
Rápida digitalización de procesos, plataformas de comunicación y trabajo colaborativo, liderazgo de equipos a distancia fueron parte de las herramientas que permitieron transitar el tiempo crítico. En definitiva, todos aprendimos en mayor o menor medida que se podría trabajar de otra forma y el home office que era una acción de avanzada en algunas empresas que ahora se tornó en un básico tan utilizado como el trabajo presencial.
Sin embargo, pareciera que la pandemia va cediendo espacio y muchas organizaciones comenzaron a retornar al trabajo presencial. Y aquí comenzó la polémica, con final incierto.
La visión es que se impone un modelo que combina el trabajo a distancia y el tiempo de oficina.
Si bien todas las empresas están tomando sus decisiones para encontrar la mejor manera de avanzar para sus trabajadores, todo cambio ofrece resistencias y hay “ruido” en sus implementaciones.
La Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (ADRHA), realizo una investigación que incluso más de 60 empresas líderes de distintas actividades de mediano y gran porte nacionales y multinacionales.
Algunas de sus conclusiones fueron que el 84% de las empresas participantes ya han implementado o están en proceso de implementación de un sistema hibrido entre lo presencial y home-office en determinados sectores y funciones entre 2 y 4 días semanales para home-office. El informe es muy amplio y se puede acceder en la página de la institución www.adrha.org.ar
El panorama en otros países del mundo no es muy diferente: en EE.UU. una encuesta realizada mostró que el 55-65% de los trabajadores estadounidenses consultados quiere una combinación de trabajo en el hogar y en la oficina.
Otro estudio de Accenture con foco en Chile revela que el 83% de los empleados en todo el mundo está dispuesto a trabajar bajo un modelo híbrido.
Por el momento, las empresas han adoptado diversas alternativas. Algunas han dado permiso para continuar trabajando de forma remota hasta al menos 2021. Otros han llamado al personal al lugar de trabajo en diferentes horarios y días, en grupos escalonados formando organizadas burbujas. Otros en cambio están dejando que los trabajadores decidan dónde basarse.
Sin duda un nuevo desafío, ya no tan nuevo, para los equipos de dirección y recursos humanos de las empresas será finalmente decidir como conjugar el nuevo paradigma. Esto implica adoptar un cuidadoso equilibrio entre los Pros y los Cons, analizando opciones y averiguando qué escenario funcionará mejor para su organización, evaluando el nivel de productividad y sustentabilidad del negocio, que en definitiva será lo que garantice la continuidad del empleo para sus colaboradores.