El Parlamento Europeo acaba de aprobar una nueva normativa que impone fin de las restricciones geográficas injustificadas en el mundo online que, en ocasiones, impedían a los usuarios acceder a un contenido o realizar una compra online en sitios alojados en otros países europeos, por el veto que establece su dirección IP. Sin embargo, las aplicaciones de la normativa son limitadas.
En primer lugar, porque los contenidos protegidos por derechos de autor quedan totalmente exentos de su aplicación. Es decir, los usuarios no podrán disfrutar del mismo contenido que el resto de países europeos en plataformas como Netflix, Spotify o YouTube.
En segundo lugar, la normativa se dirige especialmente al comercio online. A partir de ahora, los consumidores podrán adquirir productos de cualquier tienda online, sea del país que sea, pero tendrán que buscar la manera de recibirlo pues el envío no es obligatorio.
Asimismo, aquellos servicios que se presten en un lugar físico, como el alquiler de un coche, también están sometidos a esta legislación.
Los medios digitales quedan totalmente al margen del fin del geobloqueo. Ni música, ni videojuegos, ni libros digitales podrán ser accesibles por todos los usuarios de Europa sin restricciones tras el rechazo de los países miembros en votación.