Luego de su auge y rápido crecimiento, la industria de las criptomonedas ha sufrido algunos golpes en los últimos meses. A finales del 2022, se reveló que el exchange de criptomonedas FTX utilizaba fondos de sus clientes para gastos de la empresa, de sus ejecutivos y para hacer inversiones de muy alto riesgo. El resultado fue que los balances que se le mostraban a los clientes en sus cuentas realmente no existían y cuando un suficientemente alto número de clientes solicitaron retiros FTX no pudo hacer frente a sus obligaciones y se declaró en bancarrota.
Para entender un poco más sobre este tipo de situaciones que se vuelven cada vez más frecuentes, los especialistas del equipo de Research de Quiena Inversiones, la fintech latinoamericana de inversiones en Wall Street, analizan esta quiebra.
“FTX es una empresa que ofrecía compra/venta de criptomonedas mediante su plataforma digital. Además, brindaba otros servicios financieros como acceso a crédito para inversiones financieras (margen), productos de inversión de renta fija, etc”, cuenta Nicolás Galarza, CEO y Founder de Quiena.
Y agrega: “Lo primero que debemos notar es que los clientes de FTX no sólo estaban corriendo el riesgo propio de sus inversiones, de las criptomonedas y productos derivados, sino que también estaban corriendo el riesgo de que FTX sea mal manejada y quiebre ya que los fondos de la empresa y de los clientes estaban todos juntos en las mismas cuentas sin supervisión estricta de un regulador”.
En este sentido, Galarza destaca cuáles son las diferencias fundamentales entre este tipo de inversiones y aquellas en casas de bolsa reguladas: “La existencia de un regulador supervisando la operación y que los reportes entregados a clientes estén respaldados por activos reales. FTX estaba regulado en Las Bahamas, lo cual evidentemente resultó insuficiente”.
En el caso de Quiena, por ejemplo, que permite abrir una cuenta de inversión en EEUU y su plataforma “automática” calcula entre miles de opciones de inversión la combinación óptima para cada cliente y administra la inversión para mantener el retorno al máximo y el riesgo al mínimo, los reguladores son la S.E.C. (EEUU), C.N.V. (Argentina), C.N.B.V. (México). La casa de bolsa estadounidense con la que trabajan se encuentra regulada por la S.E.C., F.I.N.R.A., y es miembro de S.I.P.C.
“Este punto hace mucho más difícil que ocurran situaciones donde existen tantos depósitos e inversiones sin ningún respaldo porque en las inspecciones periódicas los reguladores tienen una posibilidad alta de detectarlo y frenarlo a tiempo”, explica el especialista.
Por otra parte, es fundamental el seguro sobre las cuentas. “FTX, al no ser una institución debidamente regulada, no contaba con la protección de ningún organismo que asegure las cuentas de sus clientes por lo que la única vía para los clientes para recuperar sus fondos e inversiones es la liquidación de la compañía, en caso de que queden activos. Lo más probable es que sólo se recupere una fracción del capital invertido”, detallan desde Quiena.
Para concluir, Galarza resalta un elemento de seguridad fundamental que posee Quiena: “En la estructura de cuentas segregadas que Quiena utiliza para administrar las inversiones de sus clientes nos encontramos con un elemento de seguridad fundamental. Poder corroborar que los informes que Quiena comparte a sus clientes son ciertos y coincide con los registros de la institución que custodia las inversiones y los fondos de clientes”.