El trabajo remoto, la operación en la nube y el acceso a software internacional no son una tendencia, sino una necesidad operativa para cualquier empresa moderna. Aun así, muchas organizaciones en Argentina se enfrentan a un obstáculo crítico que pone en jaque su funcionamiento diario: la imposibilidad de pagar plataformas y servicios digitales del exterior con tarjetas bancarias tradicionales.
Desde CRMs, plataformas de gestión de proyectos o soluciones de almacenamiento en la nube, hasta servicios de marketing digital y softwares especializados por industria, las empresas necesitan operar con agilidad y continuidad. Pero la rigidez del sistema financiero tradicional atenta contra ese objetivo.
¿Por qué las tarjetas corporativas tradicionales rechazan estos pagos?
Los motivos son múltiples, pero todos se resumen en una misma lógica: riesgo y control. Muchas entidades emisoras optan por rechazar automáticamente las transacciones en moneda extranjera realizadas en sitios web o plataformas digitales, al considerarlas potencialmente fraudulentas. La situación se agrava cuando los montos son altos o cuando se trata de pagos recurrentes que superan los límites estándares asignados a estas tarjetas.
“El solo hecho de que una empresa quiera abonar una suscripción en dólares a través de una página web ya es suficiente para que se active un bloqueo automático en muchas tarjetas corporativas tradicionales. Y si el monto supera los USD 15.000 —como ocurre en servicios de nube o herramientas core—, el rechazo es casi seguro”, explica Juan Pablo Picasso, CIO de KURU, plataforma especializada en soluciones de pago corporativas.
En algunos casos, los bancos prefieren rechazar la operación directamente y obligar a los clientes a llamar por teléfono para aprobar la transacción, como un segundo factor de verificación. Pero incluso este paso adicional no siempre garantiza que el pago se concrete. Y mientras tanto, los servicios quedan suspendidos, generando un impacto directo en la continuidad del negocio.
¿Qué servicios críticos pueden verse afectados?
Las consecuencias son serias, porque no se trata de suscripciones secundarias: son herramientas clave para el funcionamiento diario de muchas organizaciones. Entre ellas:
- Servicios Cloud como AWS, Azure o Google Cloud, cuya interrupción puede detener por completo el acceso a servidores, bases de datos o aplicaciones corporativas.
- Plataformas de gestión como CRMs, ERPs, CMSs o herramientas colaborativas como Jira, Asana o Trello, esenciales para mantener los flujos de trabajo y la productividad del equipo.
- Software específico por industria, desde herramientas para diseñar planos de obras civiles hasta servicios de mensajería, monitoreo o telefonía IP para call centers.
“Hay empresas que literalmente no pueden operar si no se procesan esos pagos. Algunos sufrieron bloqueos en pleno cierre de mes porque no lograban renovar una suscripción clave. Es como si a una fábrica le cortaran la luz”, detallan desde KURU.
Bloqueos de pago, operación interrumpida
Cuando se impide abonar una plataforma fundamental, la empresa entra en modo emergencia: equipos detenidos, servicios inactivos, clientes insatisfechos. La situación se agrava aún más en startups o empresas en crecimiento, que suelen contar con los fondos necesarios pero no con las tarjetas adecuadas para canalizarlos.
“En muchos casos, los fundadores terminan usando sus tarjetas personales para pagar servicios empresariales, porque sus compañías no tienen todavía el historial crediticio requerido para obtener tarjetas con los límites adecuados. Esto no solo es poco profesional, sino que genera un desorden contable, complica la deducción de impuestos y expone a los directivos a riesgos innecesarios”, señala Luis Ariel Peralta Aliano, CCO de Kuru.
¿Qué alternativas existen?
La mayoría de las veces, las opciones tradicionales no ofrecen una solución real. Llamar al banco no asegura el éxito del pago. Realizar una transferencia al exterior vía Comex está lleno de obstáculos y costos ocultos. Mientras tanto, la empresa sigue sin poder operar con normalidad.
Frente a este escenario, soluciones que emergen como una alternativa efectiva. Su modelo permite emitir tarjetas virtuales corporativas en dólares o pesos, definir límites de uso por categoría o proveedor, y gestionar el pago de suscripciones de forma automatizada y segura. Todo esto sin la burocracia del sistema bancario tradicional.
“Con KURU, las empresas pueden operar en el mundo digital sin depender de aprobaciones telefónicas, sin exponer sus tarjetas personales y con control absoluto de cada gasto corporativo”, destacan.
¿Y qué pasa con el marketing digital?
Otra área especialmente golpeada por estos bloqueos es la publicidad online. Para muchas compañías, invertir en campañas en redes sociales o plataformas como Google Ads es clave para crecer y atraer nuevos clientes. Pero sin una tarjeta funcional, esos fondos no se pueden ejecutar.
“La falta de acceso a medios de pago fluidos no solo frena la operación actual, también limita el crecimiento futuro. Si no podés abonar las herramientas que necesitás, o no podés ejecutar tu estrategia de marketing digital, estás perdiendo terreno frente a la competencia”, subrayan desde KURU.
¿Cómo debería ser el sistema de pagos corporativo ideal?
Consultados sobre cómo repensar el sistema de pagos para empresas en pleno 2025, desde KURU aseguran que hay elementos clave que ya no pueden faltar:
- Emisión inmediata de tarjetas virtuales corporativas
- Opciones de crédito o prepago
- Integración con plataformas como Slack, Teams, Gmail o WhatsApp
- Reglas automatizadas para definir en qué se usa el dinero
- Fondeo en dólares o pesos, según necesidad
“La realidad es que el sistema financiero quedó anticuado frente a las necesidades actuales. En un mundo 100% digital, las empresas necesitan herramientas que estén a la altura de su operación. Y las tarjetas tradicionales no lo están. Por eso, desarrollamos KURU”, concluyen.
