El Curriculum Vitae (CV) es la primera oportunidad para lograr una buena impresión durante la búsqueda de un empleo. Es la carta de presentación de cualquier profesional y requiere de dedicación para poder llegar al puesto indicado.
El mundo laboral está en un constante movimiento, adaptándose de manera diaria a los cambios tecnológicos y sociales que surgen. Pero hay ciertos aspectos, como la presentación personal, habilidades y conocimientos que siempre van a ser requeridos.
En vísperas de un nuevo Día Internacional del Trabajo, que se celebrará el próximo 1° de mayo, María Laura Rupp, gerente nacional de selección de Bayton, consultora de Recursos Humanos de capitales nacionales, se refirió a los principales aspectos que se deben tener en cuenta para confeccionar un currículum.
Breve, concreto y confiable
Por empezar, un currículum debe ser breve, idealmente de dos páginas, en el caso de un profesional con vasta trayectoria, y concreto, no tratar de rellenarlo con datos innecesarios.
Entre sus cualidades, también debe ser confiable, ya que adulterar o exagerar datos puede dejar a un postulante fuera de un proceso. Además debe transmitir un espíritu ganador. Es decir, que resalte las fortalezas profesionales para convencer al empleador de que está frente al mejor candidato para ese puesto.
Siguiendo este concepto, en definitiva se debe lograr que el reclutador sea capaz de determinar quién es el postulante, qué tipo de trabajo busca, qué funciones maneja, qué aprendió en su experiencia laboral y qué es capaz de brindarle a la empresa.
El paso a paso
A la hora de armar un CV, es importante que el mismo esté dividido en diferentes instancias.
En la primera parte, la creación de los “datos de contacto”, en donde se incluye la información personal para que se pueda identificar y a la vez contactar. Por ejemplo, el nombre completo, la dirección completa (a elección), teléfono de contacto (móvil/red fija opcional) y correo electrónico.
También se puede sumar el link de alguna red social como LinkedIn, Pinterest u otra en el caso de querer mostrar los trabajos profesionales realizados. Sobre eso, cabe aclarar que se debe ser preciso con esta información y destacar aquellas redes que son sólo para el uso profesional.
Luego, sería apropiado confeccionar un “resumen laboral”, para poder mostrar al empleador en qué se podría ser útil para la empresa y si realmente se cuenta con ciertas aptitudes relacionadas con el puesto.
Qué, quién, dónde…
¿Quién soy?, ¿dónde me he desempeñado?, ¿cuáles son mis principales habilidades?, ¿cuáles son mis áreas de interés?, y ¿dónde me quiero desarrollar?, son algunas de las principales preguntas que se deben responder.
En línea con los aspectos mencionados anteriormente, luego debe incorporarse el ítem sobre “experiencia profesional”.
En ese punto, debe elaborarse un listado nombrando a las empresas en las cuales se haya trabajado, comenzando con la más reciente. Tanto para la experiencia laboral y los estudios, el orden cronológico se ubica de manera inversa. Junto al nombre de la empresa, escribir además la ciudad donde está localizada.
Al final de la misma línea, deben detallarse los años que se trabajó en el lugar, considerando también los meses. Si la compañía no es muy conocida, se puede colocar el link de la página web
Debajo del nombre de cada compañía, pueden mencionarse los nombres de los cargos desempeñados, comenzando con el más reciente.
Obviamente, debe apuntarse a exponer sólo aquellos trabajos que se relacionen con el puesto al que se pretende aplicar. Si se tienen otros empleos irrelevantes para el puesto, en ese caso es mejor poner solo aquellos que pueden poseer competencias que sean útiles para el reclutador.
Problemas y soluciones
Al nombrar logros o acciones de importancia que se han realizado a lo largo de la vida profesional, sería bueno detallar el problema, desafío o circunstancia que se debió enfrentar y que requirió un desempeño especial para su solución.
Eso también puede complementarse con la acción o método que se optó para resolver la dificultad, o bien mencionar si se aprovechó alguna oportunidad o recurso para poder enfrentarla. Y, finalmente, el resultado que se obtuvo, ya sea de forma cuantitativa o cualitativa.
En esta parte es primordial ocupar verbos de acción, en donde se deje en claro que uno fue parte del descubrimiento, desarrollo y solución del problema.
Formación y extras de valor
En lo que se refiere a la parte de “formación académica”, la idea es dejar plasmado el trayecto que se recorrió para lograr ser un profesional en el mundo laboral. Ahí, debe incluirse la institución educativa, fechas (años) y lugar, ya sean doctorados, magíster, postítulos, diplomados o colegios (opcional).
También es importante especificar si los estudios están en curso, y si es así en qué etapa (actualmente cursando, o pendiente de entregar la tesis final, o el año en curso)
Llegando al final de la confección básica del CV, se pondrá la “información adicional”, referida a aquellos datos que pueden que no sean de primera necesidad al momento de postular a un empleo, o que simplemente no son requeridos por la empresa. Pero que pueden ser muy bien vistos como un extra en la persona, y que pueden sumar mucho valor ante la primera impresión que se dé ante la firma.
Como paso anterior a este, es importante mencionar si se tiene otros conocimientos que pueden ser de mucha utilidad, como en idiomas y sistemas informáticos. Siempre aclarando el nivel (básico, intermedio o avanzado) o si se está actualmente en curso, ya que esa información puede ser excluyente en determinadas búsquedas laborales.
Para concluir, pero no por eso menos importante, es relevante conocer la compañía y el puesto al que se aspira, ya que muchas personas utilizan el mismo CV para diferentes búsquedas, lo que es un error, ya que los empleadores tienen poco tiempo para realizar la selección. Por eso, es fundamental que la información sea clara y los puntos fuertes aplicables a ese trabajo y empresa se destaquen.