Por Silvana Palmero, presidente del Estudio Palmero de Belizán y Asociados (EPB&A)
La planificación de las finanzas personales es un tema que tomó relevancia en los últimos tiempos, fundamentalmente, por el contexto de crisis económica producto de la emergencia sanitaria.
La pandemia ocasionó un impacto negativo en las finanzas individuales y de los hogares. Por ello, es fundamental planificar y organizar la economía de cada uno y de las familias teniendo en cuenta las contingencias.
El primer paso consiste en analizar el escenario actual en el que nos encontramos. Tener presente si se cuenta con deudas o si se está comprometidos con algún gasto, como pueden ser tarjetas de crédito o préstamos. También es clave definir cuáles son nuestros ingresos fijos. De esta manera, el paso siguiente es proyectar los objetivos a corto, mediano y largo plazo.
Empezar a planificar las finanzas con un historial crediticio limpio es una gran ventaja. Encontrarse negativamente en un informe crediticio, puede generar conflictos en otros aspectos, por ejemplo, a la hora de querer tomar ciertos productos financieros o incluso, al buscar un empleo. Es por esto que la primera meta, en caso de estar en mora, será destinar parte de los ingresos a saldar las cuentas atrasadas.
En este caso, se deberá conocer la situación actual de cada una, verificar si están judicializadas o si pueden resolverse de manera prejudicial. En el último caso, el contacto con la agencia de cobranzas es clave para conocer las distintas alternativas de pago y elegir la opción más adecuada de acuerdo con las posibilidades de cada uno. Si una persona o familia posee más de una deuda, siempre se recomienda comenzar por las de mayor Tasa Efectiva Anual para “sacarse de encima” y al menor costo posible, el mayor problema financiero.
Una vez que se identifique la situación, es importante definir un presupuesto y precisar en qué gastar el dinero. También, desarrollar cuáles son los consumos prioritarios y cuáles no. Es posible sorprenderse incluso de los pequeños gastos que se realizan sin darse cuenta pero que, al sumarse, son representativos en la economía. Siempre es posible reducir o evitar algunos consumos.
A diferencia de lo que se suele acostumbrar, donde el ahorro es el dinero que “sobra” en el mes, la mayoría de los especialistas en la temática, aconsejan establecer un porcentaje de ahorro fijo y, todos los meses, separarlo para no disponer de este dinero. Existen muchas alternativas. Algunas formas pueden ser destinar una caja de ahorro específica para este fin que, incluso, puede ser compartida. Para aquellos que prefieren no tener el dinero a mano, optar por un plazo fijo es una buena elección o también alguna otra alternativa de ahorro que impida utilizarlo frente a impulsos.
Desde nuestro rol de intermediarios como agencia de cobranzas, durante estos tiempos difíciles, nos comprometimos con el cliente en mora, escuchando y entendiendo cada situación particular. Asesoramos, dentro de las infinitas realidades, la mejor alternativa para cada economía con el propósito de ayudar a que, tanto los individuos como las diversas familias argentinas eliminen sus deudas y se inclinen hacia el camino del ahorro.
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