Por Guillermo Bracciaforte, Cofundador y COO de Workana
La transformación del mercado del trabajo se intensifica y es moldeada por cada revolución industrial. Es suficiente señalar que, entre la Primera y la Segunda, a mediados del siglo XVIII, los campos y la actividad agrícola dieron paso a las fábricas, convirtiéndolas en los principales espacios productivos del capital humano. Más tarde, la Tercera Revolución Industrial, después de la Segunda Guerra Mundial, presentó al mundo a las grandes multinacionales que conocemos hoy y los seres humanos han experimentado profundos cambios tecnológicos desde entonces.
Actualmente, la revolución es otra. Las relaciones físicas en el ámbito del mercado de trabajo son intangibles comparado con el conocimiento agregado del profesional.
Desde el momento en que las máquinas reemplazan a los hombres, la inteligencia artificial y el big data son los protagonistas, la “distancia” variable no tiene valor y es en este momento que vivimos: Revolution 4.0 en el mercado laboral. Las habilidades humanas no dejarán de existir, por el contrario, las “Soft Skills” serán aún más evidentes y valorizadas. Capacidades socioemocionales, creatividad, autogestión y un perfil emprendedor son características del profesional capaz de comprender lo que el mercado del trabajo espera en el futuro.
La construcción de la carrera y el concepto de tener un empleo dejó de ser lugar hacia donde vamos. Despertar todos los días, pasar 2 horas en el tránsito para ir hasta la oficina, insertar la impresión digital con tolerancia máxima de 5 minutos y trabajar 8 horas consecutivas con 1 hora para almorzar dejaron de tener sentido para muchas personas, mismo que esa descripción de rutina sea el verdadero significado de “ir al trabajo” para muchos.
El sentido común sería que las empresas deben retener los mejores talentos para sí mismas. Pero fijan también limitantes como que el empleado debe vivir a no más de 15 km de la oficina. En cambio en empresas híbridas, que entienden el trabajo remoto como una puerta abierta a una multitud de profesionales excelentes en cualquier lugar del mundo, poseen esa frontera regional de mil o diez mil kilómetros, porque no importa donde está, sino lo que agrega y produce. Por ese motivo, de ahora en adelante, las que empresas que no entienden esto estarán compitiendo a nivel internacional por talentos locales.
Un efecto de contingencia inmediato de la pandemia del coronavirus fué el gran aumento del número de personas trabajando en sus casas. ¿Cuántas de ellas conseguirán no continuar con este formato cuando la crisis del COVID-19 no esté más? Aunque nadie tenga esa respuesta, investigaciones apuntan que los profesionales que pueden trabajar desde donde quieran tienden a producir más, e que la productividad es apenas una de las ventajas que el trabajo remoto proporciona.
El hecho es que, antes mismo de que surja esta pandemia global, el trabajo remoto ya era una tendencia por la flexibilidad y la libertad que proporcionan, muy asociadas al lifestyle y los propósitos del futuro de los millennials, principalmente. El coronavirus fue un propulsor de este movimiento por empujar obligatoriamente a las empresas a hacer algo que ellas ya estaban ensayando hace mucho tiempo, pero que no terminaban de concretar, porque muchos gestores todavía no habían aceptado la idea de que es posible liderar un equipo a distancia con herramientas y comunicación eficiente. O mejor, algunas startups ya permitían “home office” una vez por semana como un beneficio, y esto llamaba la atención de muchos. Pero la pandemia está forzando inversiones por parte de las empresas en sectores donde el teletrabajo es posible, con más personas aprendiendo a usar la tecnología remota. Como resultado, es posible sentir un cambio más permanente hacia el trabajo remoto porque las personas están cambiando sus hábitos. Muchos han experimentado lo que nunca tuvieron la oportunidad de hacer y, por lo tanto, pueden disfrutarlo más.
Decidir para qué empresa trabajar no es solo el resultado del avance tecnológico o los caprichos de los millennials, sino una esfera que viene a responder preguntas más profundas sobre nosotros mismos: ¿Alguna vez se detuvo a pensar en lo que su trabajo significa para usted? El trabajo debe tener un alto grado de libertad. Porque si no tenemos libertad y autonomía, ¿cómo vamos a ser lo mejor de nosotros mismos? Aunque es imposible predecir numéricamente cuántas empresas y personas se unirán al trabajo remoto en el futuro, entendemos que las relaciones laborales se han visto muy afectadas por la pandemia y que el resultado de esto será el avance del teletrabajo en las esferas mundiales, que aproximará a grandes talentos y corporaciones.